domingo, 19 de diciembre de 2010

Un beso

—¿Te pasa algo, onii-sama? —Maya había notado que Keina no dejaba de tocarse los ojos.

—Me duele la cabeza.

—Piensas demasiado.

—Puede ser —sonrió. ¡Tenía que ser amable! ¡Tenía que ser amable! ¡Tenía que ser amable!

Maya se levantó de un salto, cogió la mano de Keina y tiró de él. Se sentó en el sofá—: Pon tu cabeza aquí —señaló su regazo—. Yo te quitaré el dolor

¿Se había vuelto loca? ¿Poner la cabeza sobre sus piernas? ¿Creía que eso le quitaría el dolor de cabeza? Iba a irse, cuando recordó lo que le había dicho su padre. No podía ser tan frío con ella.

Sabía que su padre temía que acabara solo en el mundo. Temía que si apartaba a Maya de su lado, no quedaría nadie. Quizás tenía razón.

Dejó la cabeza sobre sus piernas. No esperaba nada de ella, era una absoluta perdida de tiempo.

—A papá le dolía la cabeza, entonces yo le acariciaba la cabeza así. Y él se sentía mucho mejor.

Los dedos de Maya recorrían la cabeza de Keina. Despacio, con suavidad, con ternura. Parecían las manos de una niña pequeña, acariciando la cabeza de su padre.

—Papá decía que el dolor se iba —los dedos de Maya recorrían la cara de Keina, acariciaban sus labios, sus ojos, su nariz—. ¿Te sientes mejor Keina-sama?

Keina siguió con la mano por el brazo de Maya, hasta llegar a donde quería llegar, su cuello, aplicó un poco de presión para hacerla bajar y sin abrir los ojos le plantó un beso en la mejilla—: Gracias, Maya. Me siento mucho mejor.

Se levantó, tenía que irse antes de que dijera, o hiciera, alguna estupidez de las que solía hacer que acababa preocupando a su padre.

Cuando estaba al lado de la puerta, sintió el impulso de preguntar—: ¿Cuántos años tienes, Maya?

—17.

—¿Por qué eres tan buena conmigo, Maya?

Podía imaginar la respuesta. “Eres mi Onii-sama”.

—Porque te quiero, Onii-sama.

—¿Eh? —no pudo evitar turbarse. ¿Cómo podía decirle algo así, con esa naturalidad? Aún seguía siendo una niña.

—¿Onii-sama… me besarás cuando cumpla 18?

—¡Pero si acabo de besarte! —río.

—En la boca.

Keina se quedó helado. Durante un segundo no supo que decir, pero se recuperó rápido. Aunque, no pudo evitar que su tono fuera más balbuciente, que sereno y calmado—: Con 18 seguirás siendo una niña, imoto-chan.

Por alguna extraña razón, a pesar de que no podía verla, Keina tuvo la sensación de que Maya sonreía.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Te amo

¿Por qué me amas? dices. Como si lo q siento por ti pudiera explicarse. Y sin embargo, una tras otras, se me ocurren mil razones. Te amo porque amo tus ojos, porque amo tu nariz, porque amo el tacto de tu piel, porque amo tu voz, porque amo la forma en la que pronuncias mi nombre.
Te amo porque me haces desear, porque me haces sufrir, porque me haces sonreír, porque me calmas, porque me enervas, porque me haces soñar y porque me quitas el sueño.

Podría pasarme mil dias y mil noches y seguiría encontrandote razones para amarte.

Te amo porque te amo. ¿Qué más da?

martes, 12 de octubre de 2010

Mmmmmm


"Night and day"

Cuentan que Cole Porter, autor de la canción, compuso esta canción pensando en un hombre del que se enamoró locamente y que acabó siendo su amante.
Es una canción realmente erótica e incitante si se escucha la letra y se sigue el ritmo de la melodia.
Suena aún más erótica la voz de Ella, o la de Sinatra, todo es cuestión de preferencias vocales y púbicas, si se vislumbran dos cuerpos amandose noche y día, sin descanso con esas voces poderosas poniendo el alma y la piel al borde de mmmmmm... ese escalofrío que recorre la columna vertebral y que se escapa en forma de gemidos...

¡Cómo me gusta esta canción!

sábado, 25 de septiembre de 2010

Memoria

Hay momentos en la vida, en los que te das cuenta de la cantidad de gente a la que has olvidado. Y cuando te sientes sola, empiezas a notar a cuanta gente has apartado de ti. Gente que durante un tiempo, a veces mucho, fue muy importante para ti y a la que apenas consigues recordar si no te esfuerzas por hacerlo.

Entonces, entiendes porque siempre te han considerado fría e insensible. Y quizás entonces, te arrepientes de todo lo que pasó, de la gente que olvidaste de los recuerdos que, simplemente, no recuerdas.

Y sin embargo, siempre hay gente que obstinadamente se ha negado a apartarse de tu vida, y que una y otra vez. Cuenta tras cuenta del MSN, agenda tras agenda, teléfono tras teléfono, sigues recordando y sigues manteniendo, por una razón u otra junto a ti.

¡¡Qué curiosa es la mente humana!! Y aún más, la tuya.

jueves, 19 de agosto de 2010

Lo recuerdas?

Hace mucho tiempo, diría yo que hace casi mil años, un grupo de amigos decidimos escribir unos relatos cuyo único tema sería un continente. Los sorteamos y a mí me tocó bailar con la más fea “Oceanía”. El otro día encontré las notas de un relato que jamás escribí. Había una montaña encantada, dos viejos amigos y calcetines, muchos calcetines. Nunca llegué a terminarlo ni sé cómo lo terminaría. Pero sería interesante.

Mmm

Grave Digger - La Balada de María, Reina de Escocia

Lo único que sé es que cada vez que escucho esta canción, me acuerdo de ti.

martes, 13 de julio de 2010

Arde!

Bienaventurada…

¡Bienaventurada la cerilla que ardió y encendió llamaradas,
Bienaventurada la llamarada que ardió en lo recóndito de los corazones,
Bienaventurados los corazones que supieron cesar con honor,
Bienaventurada la cerilla que ardió y encendió llamaradas!
Jana Szenes

sábado, 15 de mayo de 2010

Palabras

—¿Por qué no eres más diplomático? —llevaba pensando en eso desde que habían salido del restaurante. Esa pelea con sus amigos del trabajo la había tenido preocupada casi toda la noche, sólo había conseguido diluir esos pensamientos mientras hacían el amor. En esos momentos conseguía que el mundo desapareciera a su alrededor, sólo existían ellos dos.
—¿Qué es “ser diplomático”? —hablaba con calma, una calma que escondía la irritación que le provocaba aquella gente, no soportaba que le hicieran daño, ella era todo para él—. ¿Apuñalar con una sonrisa? —«no eran nadie para considerarla poco para él. ¡Qué sabían ellos de él!»—. ¿Envenenar el té? ¿Destruir con las palabras?
—Tus palabras,... les hieren —quería que se llevaran bien, no le gustaba que tuviera problemas en su trabajo, con sus amigos por su culpa. Ella no podía evitar ser como era, tan poquita cosa, en realidad. Él era tan distinto, era tan popular, tan dulce, tan soberbiamente maravilloso… que, a veces, se preguntaba cómo podía haberse enamorado de ella.
—¿Por qué deberían herirles? —el sarcasmo llenó su voz—; ¡Son las palabras de “un exaltado, de un radical, de un fundamentalista…”! todo eso me llaman, y más. ¿Por qué debería importarles lo que yo pueda decir? Es ridículo.
Ella sonrió, con aquella sonrisa dulce que le cautivaba, una sonrisa de tranquilidad, una sonrisa que aceptaba que todo aquello estaba bien.
—¿Te hieren a ti? —sus manos acariciaban su cuerpo desnudo. Tenía una piel tan cálida como su tono de voz, esa mezcla que él amaba de ella.
—Alguna vez —la sonrisa había llegado a sus ojos haciéndolos brillar—, pero me dolería más tu desden, que fueras frío conmigo —le besó con suavidad.
—En el fondo, amor, eres una romántica —la abrazó y dejó que el sueño acudiera a él. Realmente la amaba.

domingo, 28 de marzo de 2010


Gotta Knock a little Harder

jueves, 25 de marzo de 2010

Una vez

Una vez que descubres que tienes alma

y te susurra al oído canciones y sueños dificiles de olvidar.


Una vez que no dejas de oírla,

porque ella se empeña en hacerse escuchar.


Una vez que tu esencia arrasa con todo,

barreras y muros que tardaste toda una vida en crear.


Una vez que tu voz no quiere callarse

por miedo a que otra vez la vuelvas a olvidar.


Una vez que no importa si huyes o te quedas

porque vayas donde vayas, tú estarás.


Una vez que amas, a pesar de ti misma,

porque amar se convierte en respirar.


Una vez que no importa el miedo que sientas...

porque vivas o mueras, nada cambiará...


Una vez... y otra

Una vez... y otra